| Receta de Cuajada - Recetas de cocina | - Leche de oveja.
- Cuajo.
- Pizca de sal
- Azúcar fino (opcional miel con dosificador)
TRABAJOS PREVIOS: Gatzatoa, mamia, gaztambera, y otras denominaciones que ignoramos, cada lugar con su denominación. Tener cuidado al comprar la leche que nosotros queremos enteramente de oveja, exclusivamente de oveja, preferible de oveja lacha, y anda mucho tramposo suelto. Se vende cruda y en envases de 1 y de 1½ litros. Con un litro la ración es algo escasa para seis comensales. Últimamente suele haber a la venta leches pasteurizadas, origen Navarra, que no necesitan hervir, además las hay preparadas con su sabor de quemado, que es lo ortodoxo, según aparece en libros antiguos. Hervir la leche con su pizca de sal en cacharro de fondo espeso y mejor meneando un poco. El cazo antiadherente arregla poco la cosa. Lo mejor es calor bajo y menearlo suavemente mientras calienta la leche. Si se pega algo sabe a quemado, cosa que siendo poco nos agrada. Dejar enfriar hasta templar también moviendo algo, intentando ahora redisolver las natas. Dejar templar hasta unos 40 grados que es la temperatura de la leche al salir de la ubre de la oveja, no se ha medido nunca se hace a ojo y sale siempre. El cuajo es una sustancia contenida en una de las bolsas estomacales de las ovejas (creo que también lo tienen las terneras). Antaño se utilizaba el cuajo natural, pero actualmente resulta más sencillo y sobre todo más regular el comprado en farmacias y queserías, donde lo venden con destino a la elaboración de quesos. EJECUCIÓN: Tener ya preparadas las tazas, bol, o kaikus, individuales donde vayamos a presentar luego la cuajada. Antaño mezclábamos el cuajo con toda la leche, y había que darse mucha caña para verterla en las tazas, pues comienza a cuajar inmediatamente. Actualmente primero ponemos la leche templada en las tazas y con un cuentagotas echamos cuatro gotas a cada taza, revolver algo sin perder tiempo, y listo. Dejar enfriar las tazas del todo, no mover hasta que estén ya completamente cuajadas.
PRESENTACIÓN: Se sirven mejor frescas o frías de frigorífico, y con un recipiente de azúcar o un envase con dosificador de miel, para que cada comensal se vaya endulzando su cuajada. Algunos tienen la costumbre de poner azúcar ya disuelto en la leche, generalmente más bien poco azúcar como dos cucharadas por litro, para que luego quien quiera lo tome así azucarada, o pueda añadirle más dulce. Cuestión de gustos en casa no se hace. |